
Horneado a la perfección
Hablamos de belleza con una gran chef repostera.
L a chef Christina Tosi disfrutaba de los dulces mucho antes de considerar hacer de la cocina una carrera. “Crecí en una familia en la que todas las mujeres cocinaban,” dice Tosi, quien nació en Virginia.“La cocina siempre fue una parte realmente esencial del cuidado de la casa, y como a todos nos encantan las cosas dulces, disfrutábamos mucho de la repostería.”
Su apetito por el azúcar le ayudó cuando su hábito de hacer repostería la llevó hasta el French Culinary Institute en su último año de preparatoria. Al graduarse, Tosi siguió el camino tradicional — trabajando como chef de pastelería en restaurantes de lujo de Nueva York como’ Bouley y WD-50 — antes de que decidiera que la formalidad y la precisión requeridas simplemente no eran para ella. “Estudié en una buena escuela y podría ser chef de pastelería de lujo, pero después de años de hacerlo y de perfeccionar mi oficio, me di cuenta de que mi corazón pertenecía a un lugar más informal, en donde realmente pudiera ser creativa y no tener que tomarme tan en serio,” explica Tosi.
Si estás dispuesta a ser audaz con tus labios, realmente no necesitas mucho más. Ese es uno de mis secretos favoritos.
Encontró esa oportunidad con David Chang. “Realmente me encantó su espíritu, su impulso y su pasión, así que pensé,’voy a trabajar para este tipo y a ver cómo me va,” dice Tosi de Chang, el chef y empresario responsable de llevar el ramen — y otras delicias innovadoras con influencia asiática —a las masas a través de la maravilla culinaria de su imperio: Momofuku. Fue un acto de fe que rindió frutos. Después de iniciar con una “capacidad operativa bastante débil,” Chang pronto le confió a Tosi la tarea de crear los postres para su creciente grupo de restaurantes. Una tarta de manzana frita que Tosi creó para el menú de degustación del restaurante Ko, fue el punto crucial en el perfeccionamiento de su estilo, dice que la ayudó a fortalecer su confianza cuando tomó el mando en el espacio de Chang dedicado solamente a los postres, Momofuku Milk Bar. (Cualquiera que haya probado el Crack Pie de Milk Bar; su papas fritas, pretzels, galletas y, por supuesto, su legendario helado de leche de cereales, le debe toda su gratitud a Tosi.)
Tosi tiene en su haber las ubicaciones satélite de Milk Bar en Brooklyn (junto con otras en Nueva York y Toronto), apariciones regulares en televisión, un libro de cocina de culto y una colaboración con la supermodelo Karlie Kloss para hacer galletas súper exitosas (y libres de gluten). Además, este otoño, Milk Bar abrirá su primer tienda en Soho dentro de la nueva tienda de Band of Outsiders en 72 Wooster Street, Nueva York. Esta primavera, Clarkson Potter publicará su segundo libro llamado Milk Bar Life.

Cuidado de la Piel:
Lo primero es lo primero: Tosi no usa jabón para la cara. Nunca. “Ni siquiera tengo uno,” admite. “Uso una toallita desmaquillante para quitarme el maquillaje, y aparte de eso sólo uso agua.” Lo que se ahorra en el lavado de la cara, lo compensa con crema hidratante. “Uso manteca de karité intensiva, reparadora, espesa, libre de perfume en las manos y las piernas cuando salgo de bañarme. Siempre tengo en mi escritorio crema para manos, y cuando viajo llevo guantes y me los pongo después de hidratarme las manos,” explica, señalando que normalmente en lo que más gasta es en crema facial hidratante — y en protector solar, que usa rigurosamente debido a que su piel es muy blanca.
Maquillaje:
A pesar de que el vapor caliente de una cocina no es necesariamente el mejor entorno para el maquillaje, Tosi encuentra la manera de agregar un poco de belleza a su repostería. “Por lo general uso algo de blush, mascara y delineador de ojos resistentes al agua que no se corran con la humedad,” dice sonriendo. “Y siempre guardo en mi bolsa polvo, papeles matificantes y lipstick porque cuando voy a una reunión, no me puedo ver como si acabara de salir de la cocina, a pesar de que sería un concepto muy romántico.” Después del trabajo, Tosi sólo tiene ojos para un color de labios: “Mi tono de pelo es un rojizo extraño, así que por mucho tiempo nunca usé lipstick rojo, pero últimamente lo he estado haciendo” dice Tosi. “Si estás dispuesta a ser audaz con tus labios, realmente no necesitas mucho más. Ese es uno de mis secretos favoritos.”
Pelo:
El pelo no es lo más importante para Tosi, ya que tiene que traerlo recogido y fuera de la cara en cuanto entra a la cocina. Pero eso no le impide añadir un poco de brillo a su pelo. “Por lo menos, me hago una trenza o lo recojo con un pasador,” Por lo menos, me hago una trenza o lo recojo con un pasador, “pelo rojizo extraño”, es completamente natural. “En la adolescencia pasé por una fase en la que quería el pelo marrón como Dolores de [la banda] The Cranberries, pero mi madre me dijo: absolutamente no,”Tosi recuerda entre risas. “De alguna manera, me lo dijo tantas veces que en realidad nunca me pinté el pelo y ahora lo aprecio mucho más. Se me pone súper claro en el verano y más oscuro en el invierno.”

Uñas:
“Siempre tengo un cortauñas en todas las facetas de mi vida, ya que debo de mantener las uñas cortas y limpias, trabajando en una cocina es algo súper importante,” insiste Tosi. Mientras que el departamento de normas de salud exige no traer las uñas pintadas en el trabajo, las sobrinas de Tosi recientemente la hiceron adicta a todas las cosas con brillos. “Si sé que voy a estar fuera de la cocina un par de días, utilizo un color de uñas con brillos.” En cuanto a los dedos de los pies, nunca están sin pintar. “Siempre, siempre uso rojo.”
Perfume:
“Mi madre tiene muchas alergias, así que nunca se nos permitía usar perfume cuando eramos niñas, y como chef absolutamente no puedo usarlo,” admite Tosi. “¡Ni siquiera uso desodorante perfumado! Los perfumes en la cocina realmente te desequilibran y alteran tu percepción sensorial.” Sin embargo, Tosi es fan de perfumar su entorno, y se consiente de manera regular con velas aromáticas inspiradas en alimentos como el pepino, limón, verbena y menta. Por la noche, Tosi consigue su dosis fragancia de una manera menos convencional: “Estoy obsesionada con el olor de un spray anti-humedad, así que siento como si fuera mi perfume,” comparte Tosi. “Todo el mundo me dice, 'Hueles muy bien,' y yo les contesto ‘Es mi spray de pelo’”.
Tratamientos:
Para Tosi, los masajes de pies son un lujo necesario. “Corro mucho, camino a todas partes, ando en bicicleta y paso la mayor parte del día de pie, por eso tengo que consentir mucho a mis pies,” afirma Tosi. Eso significa pedicures spa semanales ("si no se tardan una hora y media, quiere decir que no lo están haciendo bien"), casi siempre se los hacen en Pastel, un salón cerca de Momofuku Milk Bar en el East Village, recomendado a Tosi por el propio David Chang, quien es un cliente habitual (aquí lo escucharon primero). Además del pedicure, Tosi también se consiente con masajes semanales. “Cargo muchas cosas durante el día, por lo que se me hacen muchos nudos y se me acumula el estrés en la espalda,” dice Tosi. “Me hago masajes de tejido profundo en Great Jones Spa. Los masajes de Chinatown también son buenos, y si no tienes $250 dólares que gastar, puedes conseguir hacerte uno por $60 dólares.”